Transformistas

Esta vez vamos a recordar aquellas series de nuestra infancia con un nexo de unión muy claro: sus protagonistas tenían una doble vida; todos se convertían en otros seres alejados de su vida convencional.

Brett Matthews no se podía imaginar, cando estaba en una base militar que desarrolla experimentos secretos, que, por accidente, recibiría una descarga y adquiriría la habilidad de transformarse en coche de carreras. A partir de ahí, él y sus amigos van a luchar contra los delincuentes.

Una pequeña transformación, cambió a un chico normal, por un chico con poderes. Poderes para convertirse en un potente bólido, el cual necesita “sólo” necesita una potente fuente de energía para experimentar la conversión.

Ahora, los Transformers. ¿Quién no recuerda esa serie americana y japonesa?. Hace mucho tiempo, en un lejano planeta llamado Cybertron, se desató una cruenta guerra civil entre robos gigantes capaces de transformarse en vehículos, animales y todo tipo de objetos: los Transformers.

En el transcurso de una batalla espacial, una nave se estrelló en la Tierra. Cuatro millones de años después, la actividad geológica despertó a las dos facciones en guerra. Por un lado, los Decepticons, que pretenden arrebatar a la Tierra sus recursos energéticos para regresar a su mundo, y por el otro, los Autobots, tratando de proteger a la raza humana. Así comenzó la batalla sin fin entre Optimus Prime y Megatron con el destino de la Tierra en juego.

Un perro llamado Pippin se hizo famoso en nuestras casas por aquellos anuncios de finales de los 80 de la campaña "Aprenda a mirar bien la T.V.". Pero Pippin no era más que la segunda personalidad de Eric, un niño que se convierte en perro. Todo esto ocurría en la serie titulada "Woof!" (¡Guau!).

Sólo son algunas de las muestras de argumentarios basados en dobles vidas, dobles personalidades dignas del mismísimo Clark Kent.

¿Qué recordarán las nuevas generaciones, ahora que ya casi no hay dibujos por la tele en horarios semi-decentes. ¿Recordarán a Cachuli & Co.?